martes, 11 de octubre de 2016

Introducción



Jerome Seymour Bruner nació el 1 de octubre de 1915, en un vecindario de clase media en Nueva
York, por un desafortunado azar biológico nació ciego y solo recupero la vista hasta cumplir los dos años. En 1933, cuando Bruner tenía 17 años se mudó a Carolina del Norte para estudiar el bachillerato en la Universidad de Ducke.
En 1937 tuvo su primer contacto con la psicología, recibió clases de William Mc Dougall y de Donald Adams, en psicología comparativa y Karl Zaner, en neuropsicología promotores de la psicología de la Gestalt.  
En 1938 prosiguió sus estudios en la Universidad de Harvard donde se doctoró en psicología en 1941. 
Durante la segunda guerra mundial se alistó en el ejército, trabajando como experto en el área de conflictos psicológicos para el ejército norteamericano destacado en Francia, donde realizo el trabajo “Relaciones culturales con el mundo universitario de Francia”.
Al terminar la guerra regresó a Harvard en calidad de profesor e investigador; publicó trabajos interesantes sobre las necesidades de la percepción, llegando a la conclusión que los valores y las necesidades determinan las percepciones humanas.

                                                                             


Bruner es uno de los principales representantes del movimiento cognitivista y uno de los que promueven el cambio de modelo instruccional, desde el enfoque de las teorías del aprendizaje, propias del conductismo, a un enfoque más cognoscitivo y simbólico. Propone una teoría de la instrucción que intente exponer los mejores medios de aprender lo que se quiere enseñar; relacionada con mejorar más bien que con describir el aprendizaje (Bruner, 1965).
 La obra de Bruner se inicia en la década de los cincuenta con “A study of thinking” (Bruner, Goodnow y Austin, 1956), destacando entre sus obras principales “The process of Education” (1961) y “Toward a theory of instruction” (1966). En estas obras ya se vislumbra un interés especial por el proceso de instrucción basado en una perspectiva cognitiva del aprendizaje. Recibe la influencia de Dewey (al considerar que la educación puede dirigir el desarrollo y el progreso y que es el camino fundamental para el cambio), de Piaget (las estructuras constituyen la esencia del conocimiento, madurez para el aprendizaje,...) y de Herbart (asociación, sistematización y método o aplicación).














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